El pasado jueves, un biólogo molecular que ha sido mencionado por medios oficiales como The Washington Post y MSNBC, afirmó que «es posible que el coronavirus se haya escapado del laboratorio de armas biológicas de Wuhan», dando alas a la teoría que estoy defendiendo desde este medio desde el mes de enero.
En declaraciones a The Daily Caller, Richard H. Ebright, profesor de biología molecular en la Universidad Rutgers, ha afirmado que «existen muchas posibilidades de que el virus se haya escapado del laboratorio de Wuhan debido a un accidente humano». En apoyo de esta afirmación, el hecho de que en la región de Wuhan ni se consume ni se «producen» murciélagos para la ingesta humana, y la región china dónde sí se tiene este hábito de consumo y producción está a más de 700 kilómetros, lo que invalida la teoría de la transmisión desde el murciélago y refuerza que el virus salió del laboratorio.
Todas las miradas convergen en la directora de este laboratorio, la doctora Zhengli Shi, quien en un primer momento dijo que «no podía dormir ante la posibilidad de que el virus se hubiera escapado del laboratorio de Wuhan» y después ha pasado a negar categóricamente esta posibilidad.
Hay que recordar que la doctora Shi formó parte del equipo de la Universidad de Carolina del Norte que en el año 2015 publicó en la revista Nature su logró de haber conseguido modificar el virus del SARS procedente de murciélagos para «hacerlo más contagioso a la especie humana», la misma doctora Shi que años antes estuvo aprendiendo en Australia a insertar ARN del VIH en el SARS para afectar «mejor» al sistema inmunitario. La misma doctora Shi, conocida como «batwoman» que en el año 2017 anunció haber descubierto cinco nuevas cepas del SARS procedentes de un tipo de murciélago de «herradura» y que contenían todas las cepas para replicar la epidemia de SARS del 2003. La misma doctora Shi que el pasado mes de febrero admitió que el 96% del ADN de la actual cepa de coronavirus es idéntico al prodedente de murciélagos «de herradura». La mencionada doctora se ha defendido de las acusaciones que se multiplican en su contra, con una tesis ecologista: «el virus es un castigo contra la especie humana por sus malos hábitos».
En una publicación diferente a la anterior, como he mencionado anteriormente, en este mismo mes de febrero dos científicos chinos de la Universidad del Sur señalaron al laboratorio de Wuhan como origen de la pandemia, argumentando, con lógica, que en esa región ni se producen ni se consumen murciélagos, un artículo que ha sido borrado, aunque todavía se puede encontrar aquí.
Hay que recordar que varios científicos de Wuhan que pusieron en duda la versión oficial sobre el origen de la pandemia murieron al poco de comenzar ésta, en extrañas circunstancias.
En el año 2003, de otro laboratorio chino, en Pekin, se escaparon varias versiones del SARS, luego ya existen precedentes de guerra biológica por parte del gobierno chino.