Como os contaba en el vídeo que publiqué ayer (ver, más abajo), la versión oficial del origen del coronavirus en torno a un contagio natural proveniente de un mercado de Wuhan ha sido ya desestimada por la mayor parte de los gobiernos del mundo (incluido Irán) y, por tanto, entramos en un nuevo capítulo de esta guerra biológica y de información, en la que el partido comunista chino ha de «salvar el culo» como sea. Por eso, hoy nos encontramos en el diario español El Confidencial un artículo (a buen seguro, pagado por el gobierno chino) mofándose de las ya numerosas demandas que hacen responsable al gobierno chino de la propagación de la pandemia. El gobierno chino está tratando de detener el tsunami que se le viene encima prohibiendo que los científicos de su país publiquen sus investigaciones sobre el coronavirus sin que pase una censura previa y borrando todas las informaciones que demuestran que se filtró desde el laboratorio de Wuhan.
Pero las acusaciones no se quedan en el gobierno chino, sino que se extienden al director de la OMS (Tedros) y al jefe del departamento de epidemias del Insituto de la Salud norteamericano, Anthony Fauci, una de cuyas peticiones de dimisión fue retuiteada por Trump. (Hay que recordar que Fauci lleva en el cargo desde el año en que se extendió el Sida, 1984, y que su organismo financió el desarrollo de este arma biológica en Wuhan).
Como suele suceder cuando hay graves tensiones entre Estados Unidos y China, esa tensión se traspasa a la guerra nuclear entre Pakistán (aliado de China) e India (aliado de Estados Unidos) y que fue el primer país en acusar a su vecino de haber generado esta crisis.
El artículo de Whatdoesitmean del que he sacado buena parte de los enlaces de esta noticia se completa con un discurso del ex presidente Eisenhower que prevenía sobre el poder que podría tener los que tuvieran bajo su control a los científicos subvencionados.