Está ocurriendo. Está ocurriendo lo que llevábamos tantos años esperando, así que ahora (aunque nos sigan metiendo miedo con las medidas del Nuevo Orden Mundial con ese fantasma llamado Covid-19) lo que queda es tranquilizarse. Y disfrutar.
Ayer, el senador Ron Paul mencionó públicamente algunos de los nombres implicados en la conspiración contra el General Flynn y, como estaba previsto, se incluyen «peces gordos» como los ex jefes de la CIA, FBI y de Inteligencia, Brennan, Comey y Clapper, la ex embajadora ante la ONU, Samantha Power, y el ex jefe de gabinete de Obama. En la lista completa que os ofrezco en exclusiva, aparte de un buen número de embajadores y de funcionarios del Tesoro y militares en la OTAN, también está el propio Joe Biden.
En perfecta coordinación con estas revelaciones (que «él» mismo ha anticipado), Q ha continuado con su batería de noticias e informaciones activistas, fijando el foco en el ex jefe de la CIA, John Brennan y haciendo notar que las llamadas a «desenmascarar» a Flynn (es decir, señalarle sin motivo) fueron previas a la propia conversación telefónica con un representante ruso, que era la supuesta prueba para incriminarle: es decir, que no hay forma de exculparlos, esto es lo que se conoce como una «pistola humeante», una prueba irrefutable del delito, por la que todos ellos van a ir a la cárcel. Y estamos hablando de la cúpula del Deep State.
Pero esto no es nada más que el principio de lo que viene, como el propio Q se ha encargado de remarcar e, inmediatamente, ha publicado unas declaraciones del jefe republicano en la comisión de inteligencia del Senado, Devin Nunes, ha presentado cargos criminales contra el equipo del fiscal especial Mueller, que llevó la investigación contra Trump «porque desde el principio sabía que no había pruebas contra él».
Pero, seguramente, os daréis cuenta de la envergadura de lo que ha comenzado, cuando os cuente que el memorando remitido por el jefe del cibercomando militar, General Nakasone, con cargo en inteligencia en el gobierno, que ha cursado al actual Director Nacional de Inteligencia, incluye el código «D5» sobre el que se ha estado especulando largo y tendido en las redes de Q. Pues bien, ese código hacía alusión en realidad a la fecha del 4 Mayo (la «d» es la cuarta letra del abecedario, y mayo es el quinto mes), que es cuando se ha desclasificado el comienzo del contraataque al Deep State, pero que, en el código de Q también hace alusión a «strongest avalanche», es decir, la «avalancha suprema». O sea, el comienzo de todo. Que este código haya sido anticipado con años de antelación da idea el grado de control sobre la situación que los buenos tienen.
Las últimas publicaciones de Q en el 13 de mayo han sido dirigidas a un concurso en Facebook para que algún programador sea capaz de censurar memes, y un aviso de que hay más «bombas informativas» por caer, aliñado con un ya recurrente vídeo de un avión capaz de «ver por la noche», que viene a significar que lo más oculto va a ser expuesto.
Ahora, la cuestión es saber ya por dónde van a continuar. Alex Jones está apostando por que se revele el contenido del explosivo ordenador de Anthony Weiner (el marido de la secretaria de Hillary). Por las publicaciones de Q, yo me inclino más bien por el asesinato del informático del Partido Demócrata, Seth Rich y por la corrupción de las Funcaciones Clinton y Soros.
¡Hagan sus apuestas! Lo único claro es que el Deep State ya es historia, por más que intenten meter miedo con las vacunas y el Covid-19.
PD: Os dejo con una reflexión. ¿Tú crees que en el informe que los servicios de inteligencia españoles hacen al presidente del gobierno y su vicepresidente Iglesias puede no aparecer estas revelaciones?