Lo «bueno» de la furibunda campaña pro-vacunación que estamos viviendo es que, como decía en el vídeo que hice ayer mismo, todos los focos informativos se están situando encima de la fabricación de ese compuesto inyectable, por lo que el proceso de fabricación y test va a ser auditado por la Humanidad, y vamos a saber en todo momento cuáles son sus efectos.
Ayer mismo, Robert Kennedy Jr. informaba que la vacuna que Bill Gates está desarrollando con la empresa (israelí) Moderna ha generado serias reacciones adversas en el 20% de los temerarios voluntarios que se la han colocado (suponemos que a cambio de una cantidad de dinero) en los primeros 43 días de colocarla. Es una vacuna ARN y, de haberse colocado a toda la Humanidad, habría dañado a 1.500 millones de personas.
El profesor de Medicina de la Universidad de Harvard, Haseltine, experto en sida y cáncer, ha criticado la opacidad de los experimentos de la firma Moderna en una entrevista concedida a la cadena NBC en la que llega a afirmar que esa forma de actuar «debe ser objeto de investigación». El asunto es que con muy pocos test y sin publicar estudio alguno, la firma Moderna ha hecho un anuncio triunfalista, lo que para el profesor de medicina «genera descofianza sobre su manera de actuar.
La web de Alex Jones, por su parte, afirma que la vacuna de Bill Gates incluye nanotecnología de virus que reprograman las células.