Aunque aparente caos, la situación se está aclarando grandemente.
Todos aquellos que sigáis esta web desde hace tiempo, recordaréis que el verano pasado aparecieron muchas noticias que probaban que el ejército norteamericano repatrió muchas tropas del extranjero y movilizó recursos para hacer frente a tácticas de guerrilla urbana, que serían llevadas a cabo por el movimiento «antifa» (comunistas) cuando comenzaran los procesamientos de la élite, del partido demócrata y posiblemente de grandes empresas y bancos.
Así pues, el detonante de estas protestas no ha de buscarse en el asesinato de un joven negro en Minneápolis, sino en el nombramiento del nuevo director de inteligencia, John Rattcliffe, que pertenece al núcleo duro de los patriotas, sucedido un día antes de que comenzara esta locura que asola Estados Unidos y que con mucha probabilidad va a terminar con el despligue de la Guardia Nacional, la declaración de los antifas como terroristas y la deportación a Guantánamo de muchos de ellos. Muchos de los norteamericanos conocen esto, y están ayudando a las autoridades a restablecer el orden.
Por lo tanto, es fácil hacer el razonamiento inverso: si la subversión planificada (y esperada) de las huestes de George Soros ha esperado, ES QUE EL COMIENZO DE LOS PROCESAMIENTOS ES, TAMBIÉN INMINENTE.
Los escándalos que los políticos del Partido Demócrata intentan tapar con estos actos subversivos se extienden al Gerontocidio sucedido durante la «Plandemia», y los datos que aparecen sus abrumadores.
-41 de 44 distritos norteamericanos donde más muertes se produjeron, están gobernados por el partido demócrata.
Las personas que dieron las órdenes para dejar morir a los ancianos (para hacer que las cifras de muertes de una enfermedad no letal aumentaran) tienen ya nombres y apellidos, y son el gobernador del estado de Nueva York (Cuomo) y los máximos responsables del departamento de salud.
Con todo ello, podemos vislumbrar el panorama para este mes de junio, hasta la fecha más importante para los patriotas norteamericanos (4 julio): actos subversivos tan fuertes que obliguen a la colocación de la Guardia Nacional o el ejército, mientras suceden las primeras detenciones de alto nivel.