La noticia que os voy a contar a continuación, aunque no espectacular, es de unas dimensiones brutales, y con unas derivaciones todavía más importantes.
Resulta que «alguien» ha grabado una reunión secreta entre los máximos responsables de las dos revistas del ámbito de la medicina más importantes (The Lancet y The England Journal of Medicine) en la que reconocen la «criminal influencia» que la industria farmacéutica tiene sobre sus publicaciones que les hace «aceptar estudios que en apariencia están bien defendidos, pero que en la práctica lo que pretenden es imponer sus dictados».
Al parecer, han sido estas declaraciones grabadas las que han hecho que las revistas se retractaran del estudio que desmentía las virtudes terapéuticas de la hidroxicloroquina.
Si unimos esta grabación, a la que hoy mismo va a aparecer por parte de Project Veritas en la que se expondrá quienes financian al movimiento Antifa, lo que nos aparece es una operación a gran escala para exponer todos y cada uno de los centros de poder, como corruptos. Pero, sin duda, el más importante es éste porque destruye la credibilidad de la ciencia oficial.