El gigantesco fraude sobre el que se sostiene la paranoia conocida como «Covid-19»: los test, no para de acrecentarse. En las últimas horas me he enterado de dos noticias más que abundan en la manipulación de los datos para justificar las medidas represivas.
Una compañía farmacéutica se ha «excusado» ante el ejército norteamericano por haber enviado 600.000 correos electrónicos a otros tantos militares calificándolos como «supervivientes del coronavirus» cuando ni siquiera se les ha hecho prueba alguna.
El gobernador de Florida, por su parte, ante el aluvión de personas que han dado como positivo a unas pruebas sin habérselas hecho, ha decidido iniciar una investigación a su propio sistema de salud, para depurar responsabilidades.
Como siempre, mucha atención porque el fraude puede estar sucediendo en muchos otros países.