Madrid, Alcázar de San Juan y ahora, Campo de Criptana, ¿qué está pasando?
De repente, los jueces empiezan a decir que no es obligatorio el uso de mascarillas en la calle, justo cuando las fumigadas se hacen más fuertes. Hace tiempo que venía pensando que el uso de la mascarilla era contraproducente para los planes de envenenamiento por parte de la élite, y que lo acabarían quitando pues es evidente que las partículas que sueltan los aviones no llegan tanto al sistema respiratorio con esa protección.
Así pues, esta serie de medidas, aparentemente beneficiosas para la libertad, pueden tener un propósito muy oscuro.
Creo que hay que pensar seriamente en usar mascarilla los días que hay muchos chemtrails, en definitiva.