Al parecer, Byrne forma parte de un «servicio de inteligencia» privado del Presidente Trump, en el que también participa el General Flynn. Afirma que tienen todos los datos para demostrar que las elecciones fueron robadas (Con seguridad, son ellos los que están analizando los servidores de la CIA en Alemania). Previamente, Byrne fue captado por el FBI para participar en la conspiración «rusa» contra Trump, pero decidió cambiar de bando y contribuir a exponer el fraude que ya estaba anunciado.