Estamos viviendo unos días en los que arrecian los rumores (nuevamente) de que estamos a punto de vivir el momento esperado, sobre todo, basados en que el día 31 de enero fue declarado el Día de la Libertad, por parte del Presidente Trump. Reforzando esa tesis, el apagón que hubo hace dos noches en la Casa Blanca se acompañó de un ir y venir de furgonetas de policía y militares, que han hecho que mucha gente piense que Biden fue arrestado.
En estos días, se ha desencadenado una polémica sobre si el saludo a Joe Biden cuando fue al cementerio de Arlington, como es preceptivo, fue el que se le da al presidente extranjero o el que se da a un presidente electo. Parece que las salvas de cañón se correspondían con el primer caso, y no con el segundo.
También nos hemos enterado de que la residencia de Trump en Florida fue ¡la residencia de invierno de los presidentes hasta 1973! y tiene un refugio antiatómico y una sala blindada para reuniones. Cosa que, como ha contado Pilar Baselga, aparece hasta en Wikipedia. Es decir, que Trump sigue estando en el lugar de los presidentes de Estados Unidos.
Por otro lado, la disputa legal en torno a si Biden es presidente «de hecho» comienza a aclararse favorablemente. Un juez de Texas declara ilegal la congelación de las deportaciones de inmigrantes ilegales, que fue el primer decreto ley de Sleepy Joe. Falta por conocer la argumentación del juez. El hermano del General Flynn, General de la Armada, ha sido nombrado comandanate de la armada en el Pacífico, lo deja bien claro quienes son los que mandan en el ejército.
Los canales de Telegram ligados a Q, que han surgido el día de la «inauguración» de Biden están «pisando el acelecerador» y apuntando a lo más alto de la pirámide del poder. Ayer hubo otro nuevo apagón en la costa Este…
Veremos…
