Todo estudio o experimento científico ha de ser validado por sus «pares» (sus homólogos científicos) y enfrentarse al debate y posible refutación, antes de que sea considerado válido (y aún así puede haber muchos que sigan sin creerse esa teoría, por ejemplo, La Teoría de las Cuerdas, pongamos por caso). En el caso del patógeno conocido como «SARS Cov2» como causante de una pandemia llamada Covid19, la existencia de contagiadores asintomáticos, la eficacia de la mascarilla, la utilidad diagnóstica de las pruebas PCR o la necesidad de una vacuna para una enfermedad con poca letalidad no ha habido tal debate abierto y PÚBLICO entre científicos y las muchísimas refutaciones a esas teorías han sido sistemáticamente silenciadas. Es decir: la implantación de las medidas sobre el Covid ha violado el propio método científico. Luego esas medidas han debido ser, lógicamente, erróneas, por anticientíficas.
¿La ciencia es debate? Vamos a debatir, como los antiguos griegos, en la calle. Mi propuesta es la siguiente: convocar «El día de la Ciencia frente al Covid» y realizar debates públicos en todos aquellos lugares donde haya médicos, biólogos, veterinarios y enfermeros disidentes que quieran defender sus tesis, en turnos de no más de 5 minutos y, con un silencio escrupuloso, escuchar la réplica de los médicos y sanitarios que defienden la verdad oficial. (Podéis llamar a vuestros hermanos, primos y amigos oficialistas, que te dicen que «tú no eres científico» cuando discutís). Basta con un micrófono y una caja donde se suba el orador. Díaz Ayuso ha ganado con el eslógan de «Libertad», ¿no? Pues vamos a dejarnos de performances y memeces y realicemos debates en directo entre las dos corrientes científicas enfrentadas ahora mismo, que es lo que hace falta. (La corriente que no se presente, pierde por incomparecencia, obviamente).
