La nueva y detallada crónica de Real Raw News revela que un desarreglado Marc Mezvinsky, viudo de Chelsea Clinton, compareció el viernes ante un Tribunal Militar, acompañado de su abogado, Amy Sandgrund-Fisher, procedente de la Fundación Clinton, pero sin experiencia en derecho penal. Allí le esperaba el vicealmirante fiscal militar Christopher French, pues el fiscal titular, Crandall, anda muy ocupado preparando el juicio a George Bush Jr. a celebrar el próximo 8 de diciembre.
En su primer turno, la abogado defensora atacó duramente al Fiscal y el cuerpo militar, por haber llegado a un acuerdo con el preso para que revelara información a cambio de inmunidad, un pacto que los militares no han respetado. [Esto es rigurosamente coherente con lo revelado en crónicas anteriores y, dado que son los propios militares quienes proporcionan la información para estas crónicas, le da verosimilitud al relato]. «Colocasteis una zanahoria delante de mi cliente para que testificara contra su hoy difunta esposa. La conducta de este Tribunal no sólo carece de ética sino ilegal. Ustedes engañaron a mi cliente con falsas promesas y por eso pido que se retien todos los cargos que pesan contra él», dijo la abogado.
La respuesta del fiscal fue contundente. «El acuerdo con su cliente fue contingente y condicionado a que no mintiera ni ocultara información relevante. Hemos destruido el pacto porque su cliente mintió bajo juramento pertinente a nuestra investigación contra los Clinton. Una investigación QUE NO TERMINA CON LA CONDENA DE CHELSEA CLINTON. Marc Mezvinsky tuvo la oportunidad de regenerarse y traicionó esa oportunidad. Por eso nosotros tenemos el derecho de revocar el acuerdo».
Acto seguido, argumentó que la declaración de Mezvinsky de que «yo sólo me ocupaba de destruir pruebas contra los Clinton» fue un perjurio para evitar ser condenado a la cárcel o algo peor. El fiscal mostró dos MacBooks que fueron confiscados en un allanamiento de la lujosa vivienda que tenía el detenido con su esposa en Manhattan. «¿Estos ordenadores son suyos?», le preguntó. A lo cual la abogado respondió que dirigiera sus preguntas a ella porque era quien estaba representando al Mezvinsky.
«Bien, ¿estos ordenadores son de su cliente?», preguntó. La abogado respondió que no tenía conocimiento de la existencia de esos ordenadores y argumentó que el fiscal había denegado un privilegio del abogado de conocer las pruebas que se van a presentar.
El fiscal replicó que las identidades de los dos ordenadores Macintosh son los correos electrónicos del propio Mezvinsky. Soldados del cibercomando de Fort Gordon, Georgia, crackearon las contraseñas de los ordenadores y tuvieron acceso a los documentos. En uno de ellos encontraron un correo electrónico a Hillary Clinton de julio 2019.
«Querida HRC y suegra», comenzaba el email, «he considerado nuestra conversación y tengo ideas respecto a su idea de transportar sujetos desde Haití a Estados Unidos vía Sudamérica. Asumo que tu objetivo es maximizar el beneficio, mitigiando el riesgo de ser expuestos. Creo que el enfoque haitiano ha dado de sí lo que podía y debe ser abandonado, y sería más prudente, aunque no necesariamente más barato, importar de países como Letonia, Lituania y Ucrania. Sabemos por experiencia que los sujetos de Europa del Este se venden a un precio mayor, y consiguientemente, el beneficio es más alto. Nuestros socios están de acuerdo. De cualquier manera, estos niños van a tener una vida mejor que la de ahora».
La respuesta procedente de una cuenta de Gmail anónima -supuestamente de Hillary Clinton- fue: «¿qué es lo que te pasa? Estás diciendo demasiado. Sigue el protocolo».
El ordenador de Mezvisky contenía fotografías de 500 niños pequeños cuya complexión indicaba que eran de la Europa del Este. Mezvinsky le daba una puntuación, en estrellas, del 1 al 5, dependiendo de su belleza. En los metadatos, añadía cosas como «fácil de mover», «difícil de mover»o «quizás lo tengamos que eliminar», al lado de códigos cifrados.
«Remito a este tribunal que Mezvinsky mintió ante juramento, revocando cualquier acuerdo con el fiscal, pues hizo mucho más que destruir pruebas. Él participó activamente con los Clinton en la selección de niños para secuestrar y hacer dinero con ellos, en un negocio que quizás continúa hoy día. Los computadores le pertenecían, los emails tienen su firma y esto prueba su culpabilidad». El jurado le condenó a cadena perpetua.