Real Raw News acaba de publicar las declaraciones de un confidente, trabajador de los CDC, que se ha pasado al lado patriota después de ser despedido el pasado mes de octubre.
El tipo, al que llama «Larry» para preservar su identidad, ha trabajado para la Agencia encargada de detectar enfermedades durante 12 años, y, para que os hagáis una idea, ha sido el que ha elaborado los informes sobre la eficacia de las «vacunas» de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson a partir de los datos proporcionados. Así que, ojito.
1-Afirma que, desde el principio, la intención de los CDC ha sido falsificar y enterrar las reacciones adversas, al tiempo que presionaba a la Administración Donald Trump a que se creyera que los datos de los ensayos clínicos que las Farmacéuticas habían falsificado: una eficacia del 95% en prevenir el contagio. En conjunto, las grandes farmacéuticas las «vacunas» en 50.000 participantes en el ensayo, mientras que otros 47.000 recibieron placebo. Un alarmante 2% de los inyectados desarrollaron miocarditis y pericarditis en las tres semanas siguientes a la primera o segunda inyección.
2-El 85% de los participantes en el ensayo y que fueron expuestos al virus del SARS Cov-2 dieron positivo al test del Covid entre 4 y 14 días después de recibir la supuesta vacuna. Lo cual supone que sólo el 15% recibieron algún beneficio. «Pero lo cierto es que tampoco nos podemos creer que ese 15% resultó inmunizado, porque con cada enfermedad hay un número de personas que son inmunes innatamente. Lo hemos visto con la viruela, la polio e incluso el ébola. Es muy posible que el 5, el 10 o incluso el 15% sean inmunes naturalmente al Sars-Cov2. Es imposible saber que los CDC, el Instituto de Salud y las Grandes Farmacéuticas operan como si fueran una misma entidad. Están en esto juntas. Así que, cuando los CDC reciben las estadísticas de los ensayos, tienen que maquillarlas. ¿Qué persona en su sano juicio iba a arriesgarse a inyectarse una vacuna que produce enfermedad y que, como mucho te va a proteger un 15% para contraer esa enfermedad, que encima tiene una tasa de mortalidad inferior al 1%?», dijo el confidente de los CDC.
«Los CDC sabían desde el principio, cuando comenzó la pandemia en Itaia, que el Covid-19 no afecta seriamente a la gente sana. Simplemente, no pasa. Algunos tienen síntomas de gripe o bronquitis, pero de manera corta y no pone en riesgo sus vidas».
Atención a lo que sigue.
Antes de que Trump concibiera su plan de vacunación Operation Warp Speed, miembros de los CDC, el Instituto de Salud, la FDA y las Compañías farmacéuticas llevaron a cabo reuniones clandestinas donde discutieron las vías para engañar al público cauteloso y hacerles aceptar la narrativa del «vacúnate o te morirás», aunque los ensayos no se hubieran completado.
El confidente de los CDC recuerda haber visto un documentos de los CDC fechado el 5 de mayo del 2020, en el que se leía que los ensayos clínicos de Fase 3 de la vacuna ARN de Moderna habían demostrado irrefutablemente una eficacia del 93’7%. Un dato que contrasta con la evidencia de que los ensayos clínicos de Fase 3 de Moderna no comenzaron hasta el 27 de julio del 2020, y se completaron en octubre de ese mismo año. Es decir: que los conspiradores de las compañías farmacéuticas y de las agencia del gobierno norteamericano fabricaron la supuesta efectividad de las «vacunas» antes incluso de que los ensayos clínicos hubieran finalizado. «Creo que ese documento circuló por error porque desapareció de los servidores de los CDC al día siguiente*. Estoy convencido de que ha habido una conspiración para inyectar ese veneno a tanta gente como se pudiera, independientemente de cómo de efectivo fuera. Ahora mismo, la mayor parte de los hospitalizados tiene uno, dos o tres pinchazos. Hay más vacunados en los hospitales que no vacunados. Las vacunas no se fabricaron para detener el Covid-19».
*Apuesto a que los patriotas tienen ese documento.
