El General Flynn compartió ayer que el Departamento de Justicia desclasificó durante un juicio que el agente del FBI Peter Strzok escribió que la conspiración contra el propio General (dentro del Rusiagate) fue organizada por el presidente Barack Obama y su vicepresidente, Joe Biden, unos días antes de dejar el cargo.
Ya sea física o políticamente, Hillary Clinton está muerta. La confesión de su jefe de campaña durante el juicio al abogado Sussman, por la conspiración contra Trump del «Rusiagate» la deja técnicamente K.O.
A partir de ahora, el único en el que deberíamos focalizarnos es Barack Obama, y no en vano se ha recuperado una información, borrada de Internet, que sugiere que él fue quién colocó a Tedros al frente de la OMS, el mismo Tedros que este fin de semana pretende acabar con la soberanía de los estados.
Por eso, el que el General Flynn (que es quien pilota los acontecimientos) haya compartido las dos anteriores noticias significa que los patriotas tienen claro que el próximo que ha de caer es el rey: Obama. ¿Cómo se conecta al primer presidente musulmán de los Estados Unidos con la trama del Rusiagate?
1-Las notas del FBI le señalan como director de la campaña contra Flynn.
2-Como cuenta la noticia de 2017 que Flynn ha recuperado, Obama también pagó a la empresa de abogados Perkins Coie que contrató a la agencia GPS, que dirigió la trama del informe Steele. La esposa de uno de los ejecutivos de GPS, Shailagh, trabajaba como asesora de comunicación de Obama mientras su marido extendía las falsas noticias de que Trump era un agente ruso.
Los patriotas tienen todos los argumentos para «empapelar» a Obama, el director de todas las últimas conspiraciones.
