Presionado por la audiencia, que quería saber lo que pasó, Real Raw News por fin publicó ayer la crónica de la ejecución del actor Alex Baldwin, sucedida el miércoles, según estas fuentes, y que fue la más loca de cuantas hayan sucedido hasta el momento.
El cronista relata que hasta ahora habían visto cosas locas, como la repentina conversión de Loretta Lynch o el sermón satánico pronunciado por el gobernador Newson, pero la escena del actor Baldwin supera al resto. Apareció ante el patíbulo con los pantalones y los calzoncillos por debajo de las rodillas y gritando como un poseso: «¿qué le parece, Almirante Crandall, y que te jodan, Trump. Te voy a hacer famoso», lo que hizo que el Fiscal lanzara una reprimenda a los soldados que le custodiaban, por cómo habían permitido que se presentara de esa guisa. Inmediatamente, hizo que le pusieran los pantalones. Baldwin yacía boca abajo sobre un trozo húmedo de hierba, retorciéndose, mientras presumía de haberse «follado» a la actriz Kate Beckinsdale durante el rodaje de una película sobre Pearl Harbour en la que hacía de coronel.
En ese momento, y dada la escena que se estaba produciendo, un oficial propuso «pegarle un tiro», a lo que el Almirante Crandall contestó que no procedía y, en cambio, ordenó que le inmobilizaran con un arma taser. De esa manera, subieron a Baldwin al patíbulo y le pusieron la soga al cuello, consciente pero inmovilizado. El forense certificó la muerte de Alec Baldwin a las 10:15 horas del miércoles. El fiscal Crandall dijo que «se sentía cansado de ser el jefe de pista de este circo».
