Política actual — 19 diciembre, 2022 at 9:46 am

El fiscal militar presentó a dos testigos que informan que Pelosi encargó el asesinato de Donald Trump

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El juicio militar a la líder demócrata Nancy Pelosi tuvo lugar, según Real Raw News, el pasado jueves, duró tres horas, y se centró, sobre todo, en los intentos de asesinato del presidente Donald Trump, y de su familia: su mujer Melania, su hija Ivanka y su hijo Barron, especialmente. En un plano secundario, su participación en los confinamientos y draconianas medidas Covid en California, por los cuales recibió sobornos.
En la primera de las dos crónicas hasta ahora publicadas, se presentó el testimonio de un prostituto masculino llamado Xavier Ramírez que «realizó servicios» para Pelosi durante tres meses del año 2016. Fue en ese verano del 2016, cuando Trump fue nominado como candidato del Partido Republicano, cuando, según Ramírez, Pelosi le ofreció 250.000 dólares si conseguía un sicario que asesinara a Trump, que se llevaría otros 250.000 dólares. «Y si Trump lleva mucha seguridad, que se cargue a su hija rubia y guapa, Ivanka». A preguntas del fiscal, Ramírez respondió que si no fue a la policía a denunciar el intento de asesinato fue porque temía que le podía asesinar a él también si se «chivaba». Pelosi, por su parte, aseguró que jamás había visto a ese hombre en su vida.
En la segunda crónica, se cuenta la aparición, vía Zoom, de Elisa Fuentes, secretaria de Pelosi durante muchos años, cuya presencia sí incomodó de verdad a la líder demócrata (porque no había forma de negar que la conociera).
Después de describir cómo la odiaba por los trabajos que le hacía realizar, Fuentes describió una llamada que le escuchó realizar a Pelosi el 10 de marzo del 2018. Ese día, desde la contigua habitación en la que estaba, Fuentes escuchó a Pelosi hablar con «alguien» sobre el asesinato de Trump, precisando que no le importaba lo que costara «incluso millones».
Fuentes aclaró que Pelosi realizaba esas llamadas desde teléfonos no comprometidos, que usaban tarjetas prepago y luego se tiraban a la basura. El fiscal sacó un teléfono de una bolsa de plástico y le preguntó si ese fue el teléfono usado por Pelosi para encargar el asesinato de Trump, que recogió de la basura, y ésta respondió: «sí ese es el teléfono, yo se lo di».
Elisa había guardado el teléfono durante más de cuatro años, con su tarjeta SIM intacta, hasta que encontró una fuerza de seguridad a la que se lo pudiera entregar, sin peligro para su vida. Gracias a ello, los militares obtuvieron registros de llamada y mensajes de texto en los que Pelosi organizaba no sólo el asesinato de Trump, sino el secuestro o desaparición de su hijo Barron.
Ante las evidencias presentadas, Pelosi tuvo que reconocer esos mensajes aduciendo que «eran sólo fantasías». El fiscal le respondió que tienen evidencias de que envió 375.000 dólares a Zurich, unos minutos después de realizar una de esas llamadas.
Después de obligar a una exaltada Pelosi a sentarse, el fiscal anunció que llamaría a juicio a su marido (el que tuvo el encontronazo con otro prostituto masculino). Eso forma parte de la tercera parte de la crónica, todavía no publicada.