Política actual — 15 febrero, 2023 at 7:07 pm

Los militares impiden el sabotaje de una estación eléctrica por parte del FBI, matando a 4 agentes, según Real Raw News

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Por lo que vamos viendo, con la llegada de la mayoría republicana al Congreso de Estados Unidos (y las comisiones que ya se están produciendo), el país del rock and roll ha entrado en una fase de guerra de baja intensidad, caracterizada por los sabotajes de sectores vitales como la alimentación, el agua y, en este caso, la electricidad.
Real Raw News da cuenta de una intervención de los marines en el estado de Idaho, tras un chivatazo por parte de un miembro del FBI, que denunció a los patriotas que la «Agencia» preparaba la voladura de una estación eléctrica durante el partido de la Superbowl.
Dado que en los tres meses pasados, hasta nueve estaciones eléctricas han ardido en los estados de Oregon, Washington y Carolina del Norte, el General al mando de los Sombreros Blancos, Smith, mandó un pelotón a la ciudad de 250.000 habitantes de Boise, intentando encontrar, infructuosamente, una estación alejada del área urbana, porque supusieron que los saboteadores no se atreverían a actuar en un lugar donde podrían ser vistos. Finalmente, decidieron dividir el pelotón en tres unidades de ocho soldados que vigilarían otras tantas estaciones, teniendo en cuenta que la narrativa que el FBI estaba lanzando acusaba a los seguidores de Trump de organizar estos sabotajes.
La primera parte del partido transcurrió sin incidentes, y fue durante el descanso que apareció una camioneta de la que salieron cuatro hombres, con gorras y chaquetas en apoyo a Trump (nada que ver con la indumentaria habitual de un agente del FBI), con un cutter y dos rifles.
Los marines les dieron el alto cuando rompieron la cadena y el candado que cerraba la estación y uno de ellos llegó a levantar su rifle, pero fue lo último que hizo, pues los cuatro fueron abatidos por un rápido tiroteo por parte de los soldados. Al registrarlos, se les encontró explosivo C4 y unas revistas pero ninguna identificación que sirviera para saber a qué organización servían.
Tras comprobar sus huellas dactilares en la base de datos, dos de ellos aparecieron como agentes del FBI asignados a la estación de Spokane, estado de Washington.
Los militares enviaron la noticia a los medios de comunicación, incluidos los conservadores como OAN y Newsmax, pero ninguno se atrevió a publicarla.