Impactante crónica de la polémica web ligada a los militares norteamericanos.
Según esas fuentes conectadas con el ejército ruso, Vladimir Putin habría reenviado a parte de sus fuerzas especiales a hospitales, clínicas, farmacias y almacenes de todas las regiones rusas con el mandato de destruir las vacunas del Covid almacenadas, bajo el argumento de que producen inmunodeficiencia, consiguiendo, hasta el momento, eliminar el 60%.
Comenzando por las ciudades más grandes, los viales han sido trasladado a un remoto lugar de los Urales para ser destruidos, mientras que los gerentes de hospitales en Moscú, Minsk y San Petersburgo que se negaron a entregarlos SE LES CORTÓ LA CABEZA. Introducidos en una cámara sellada bajo tierra, las «vacunas» fueron sometidas a una alta temperatura para que se hicieran vapor de agua y así no contaminar la tierra, pero en lugar de hacerlo a 100ª como sería lo normal, no se evaporaron hasta que la temperatura no alcanzó los 800º, lo que indica, según los científicos rusos, que contenían metales.
El haber conseguido eliminar más de la mitad de los viales en menos de un mes se considera un éxito, pero no se ha conseguido sin pérdidas. En la localidad de Perm, cerca de los Urales, elementos del Deep State ruso defendían el almacén de vacunas fuertemente armados, causando 5 bajas entre los Spetznas, las fuerzas especiales rusas. En Barnaul, Volgograd, Saratov y Tolyatt también hubo tiroteos en esas operaciones.
Por contra, las fuentes rusas que informan a Real Raw News cuentan que, hasta el momento, 50 científicos rusos que estuvieron involucrados en la creación de estos venenos inyectables han sido «eliminados». (Según otra crónica, eran 130).
