En la reciente crónica sobre el motín en el barco que llevaba a los presos desde la base de Guantánamo a la de Guam nos enteramos de que el actual vicedirector de la CIA, David Cohen, había sido detenido.
El propio cronista de Real Raw News contó estos hechos con sorpresa, pues no había sido informado de su detención, y ahora, llega esa importante crónica.
Nos enteramos de que el 3 de abril Donald Trump recibió en su mansión de Florida una carta de seis páginas escrita a mano, supuestamente, por el propio vicedirector de la CIA en la que acusaba a algunos de sus antepasados de ser agentes del KGB y acababa amenazando de muerte al propio Trump y a su hijo Barron.
Dado que las cartas amenazantes son relativamente habituales en el correo de Trump (al principio de su mandato, recibió una serie de amenazas de muerte de un hombre que imitaba la caligrafía de Obama, y resultaron ser falsas), los grafólogos militares sometieron esa carta a un arsenal de pruebas hasta llegar a la conclusión de que había un 99’97% de posibilidades de que el tal Cohen hubiera escrito esa carta.
Dado que el mismísimo comandante de los Sombreros Blancos, General Smith, sospechaba que fue el propio Cohen quien dio la orden de capturarle y torturarle, rápidamente se montó un operativo para detener al NÚMERO 2 DE LA CIA cuando se encaminaba a su puesto de trabajo, en McLean, Virginia.
Inesperadamente, la detención resultó sencillísima; el jefazo de la CIA debía sentirse intocable puesto que no llevaba escolta alguna, y los soldados de paisano de la Delta Force rodearon su coche en el párking de las instalaciones de la CIA*, informándole que estaba siendo detenido por traición y amenazas de muerte al presidente de los Estados Unidos.
Cuando el vicedirector de la CIA respondió que él era leal al presidente Biden y el comandante de los Delta Force le responde que «me refería a Donald Trump», Cohen se dio cuenta del lío en el que estaba metido y dijo: «oh, mierda», e intentó sacar una pistola de su chaqueta, pero fue rápidamente inmovilizado por los soldados, dejándole inconsciente.
El resto, ya lo sabemos.
*A uno le deja anonadado que la detención se produjera en el párking de las oficinas de la CIA: ¿nadie salió a defenderle? La única respuesta que me deja es que, evidentemente, hay mucho patriota dentro de la CIA que facilitaron el trabajo de los soldados.