Los militares patriotas se habrían cobrado una pieza mayor el pasado miércoles: nada menos que la jefa de los CDC, Rochelle Wallensky, al ahorcarla en la base de Guam, ante la presencia de al menos un diputado republicano (se especula que fue el combativo Jim Jordan).
La ejecución se habría retrasado debido a la presencia de un tifón, tiempo en el que la todopoderosa política habría estado exigiendo hablar por teléfono con Joe Biden, gritando que la liberaran, quejándose por la comida e insultando a Donald Trump.
Ya con la cuerda alrededor de su cuello, y antes de proceder a la ejecución, como es reglamentario, el Fiscal permitió que Wallensky dijera sus últimas palabras por si quería arrepentirse de algo. De acuerdo a la crónica de Real Raw News, fueron: «mi único remordimiento es no estar viva para ver cómo le ahorcan a usted y a Donald Trump», mientras escupía en las manos del verdugo.
Acto seguido, el Almirante Crandall dio la orden de ejecución, y a los pocos segundos el cuerpo de Walenksy colgaba de la cuerda, inerte.
