Real Raw News informa que el pasado martes fue ahorcado el jefe del IRS de la era Trump, Charles Rettig, en la base de Guantánamo, ante la presencia de un no aclarado número de diputados (se supone que republicanos).
Como es habitual, el capellán militar ofreció al condenado unas oraciones antes de su encuentro con el Altísimo, que éste rechazó con desdén: «estáis jodidos. Mi gente hará saber al mundo lo que está pasando aquí», respondió. La crónica de Real Raw News ofrece en este punto un dato que responde a una de las grandes interrogantes que los seguidores de esta web nos hacemos desde hace años: ¿por qué los familiares de los ejecutados no denuncian su desaparición?
«Tu gente, y la gente que apoya a tu gente, no va a decir una palabra. No quieren que nadie sepa que cada vez son menos. Y comprarán el silencio de tu familia, y espero que acepten la oferta porque los del Deep State no son muy respetuosos con los desobedientes», respondió el almirante Crandall.
[En estas líneas nos está contando que al Deep State no le interesa que se sepa que los militares están al control de la situación (porque cundiría el pánico entre sus filas), y por ello está sobornando y amenazando a los familiares de los ejecutados, si revelan la suerte que han corrido].
Después de corto intercambio de palabras con el almirante, el verdugo ejecutó la orden y el ex jefe del IRS fue declarado muerto a las 11 de la mañana del martes 15 de agosto, hora de Cuba.
