Política actual — 9 octubre, 2023 at 8:41 am

Supuesta batalla entre marines y agentes del FBI y de la Guardia Nacional en una prisión clandestina de los Sombreros Blancos

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Coincidiendo con el ataque sorpresa de Hamas, el Deep State norteamericano lanzó un brutal ataque ayer domingo sobre una base militar norteamericana, adscrita a los patriotas, sita en California, dedicada a la reparación de equipamiento, donde en principio laboran 600 marines y 2000 trabajadores civiles. Digo «en principio» porque Real Raw News ha aclarado que también estaba sirviendo de prisión militar.
A las 3 de la tarde de ayer, aproximadamente 120 hombres, pertenecientes al FBI y a la Guardia Nacional de California aparecieron en la puerta de entrada del recinto, bombardeando los cobertizos y matando a tres de los cuatro marines que vigilaban la puerta de entrada. El cuarto tomó su radio y pidió ayuda con urgencia, mientras tres tanquetas del FBI entraban en el recinto, al tiempo que dos misiles impactaban en las zonas este y oeste de la base, generando sendos incendios que los bomberos trataron de apagar, encontrándose con tiroteos que acabaron con la vida de varios de ellos.
En ese punto, y en previsión de que el mismo ataque sucediera en otras bases del país, el General Smith estaba poniendo bajo alerta a todas las bases, al tiempo que ordenaba al comandante de la base atacada, coronel Michael Fizgerald, que aniquilara a todos los asistentes, sin compasión, enviando a tropas para defender a los atacados.
Los 16 marines que guardaban la prisión estaban inmovilizados y poca munición cuando llegaron los marines de refuerzo a las 3:15 horas, pero lograban mantener su posición a pesar de que los atacantes habían lanzado varias granadas a los muros de la prisión. Por contra, una granada enviada por los marines dio en los pies de varios soldados de la Guardia Nacional, cortándoles las piernas.
Con la llegada de los refuerzos, los asaltantes se vieron entre fuego cruzado, haciendo que los heridos de ambos bandos huyeran por las calles aledañas.
Un equipo de francotiradores de los marines se subió a lo alto de uno de los edificios y empezó a derribar hasta 12 soldados de los atacantes. En ese momento, y ante el fuego cruzado, varios agentes del FBI y de la Guardia Nacional tiraron sus armas y se rindieron, pero la consigna del General Smith había sido clara: sin compasión.
La brutalidad de los agentes del Deep State había sido brutal, disparando incluso hasta a enfermeras y personal médico que trabajaban en un centro ambulante.
A las 4 de la tarde, el tiroteo había finalizado y los federales y soldados de la Guardia Nacional que habían sobrevivido, escaparon a pie. El balance para ellos fue de 54 muertos y 34 heridos, mientras que los Sombreros Blancos no han dado la cifra de bajas entre los marines.
El párrafo final explica que los atacantes no lanzaron granadas dentro de la prisión, por temor a matar a los ejecutivos del Deep State que allí se encontraban. Real Raw News no ha aclarado quiénes son los que allí estaban detenidos, únicamente dice que «fueron trasladados».