La investigación de Dinero y Dios es puramente «rafapaliana»; es decir, nace de mis lecturas, de los vídeos que he visto pero hay intuiciones corroboradas por la polisemia de las palabras y las coincidencias de fechas y símbolos que quedan reflejados en este segundo capítulo, que gira en torno a los tributos/impuestos, como signos de sumisión al dios de otra tribu o nación.