Política actual — 10 julio, 2024 at 2:53 pm

Los militares Sombreros Blancos habrían interceptado un cargamento de máquinas de votación, destinadas a robar las elecciones este año en Michigan

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A tan sólo tres meses y medio para las elecciones presidenciales USA de Noviembre, Real Raw News nos proporciona una noticia que evidencia que, en el caso de que finalmente se celebren, los militares no van a permitir que se roben otra vez.
Se nos cuenta que el martes de la semana pasada un pelotón de marines interceptó un camión que transportaba máquinas de votación, programadas para «regalar» un voto falso a Biden por cada tres legales que se computaran.
La incautación se produjo a medio camino en la carretera interestatal 69, a medio camino entre Fort Wayne, Indiana y Lansing, Michigan, y el camión pertenece a una empresa familiar de Houston, cuyo nombre se omite en la crónica.
El pasado 27 de junio, el General Smith recibió un «chivatazo» procedente de una fuente de confianza, alertando de que habían llegado desde China estas máquinas, que imitan a las de la empresa Dominion, salvo en el chip, que está fabricado por la empresa Melexis-Ukraine. La fuente que informa al General Smith le proporcionó, incluso, una máquina idéntica a las que se estaban moviendo hacia Michigan para que el cíbercomando la inspeccionara.
La crónica indica que fue imposible realizar un test de las máquinas, porque su escáner sólo funciona con las papeletas acreditadas con los correspondientes nombres de los candidatos, que todavía no han sido designados pero, dada la importancia del asunto, ordenó a sus marines interceptar la carga, confiando en la fuente que le informaba. Así, hace dos martes, los militares montaron un control de tráfico en la carretera arriba mencionada que el camión intentó saltar, viéndose finalmente detenido con los fusiles de los militares apuntando a su cabeza.
El camionero se defendió diciendo que no sabía qué es lo que transportaba pero en el registro de carga figuraba claramente el contenido: 250 máquinas de votación. Todas ellas fueron destruidas bajo órdenes del General Smith, salvo dos, que se utilizarán para testar si las máquinas producen votos fraudulentos, una vez que se impriman las papeletas para las elecciones.
Por el momento, se está investigando a la compañía del transporte y a la empresa ucraniana que fabricó el chip de las máquinas.