Real Raw News acaba de publicar un artículo sobre la hipotética anexión de Groenlandia que conviene leer entre líneas, entre otras cosas, porque, como sin querer, deja caer que el ejército de Estados Unidos tiene ahora mismo una prisión militar en Tierra del Fuego, que las cuatro grandes prisiones (Guantánamo, Diego García y Guam, además de la citada) tienen «overbooking» desde 2021, que todavía tienen 300.000 procesamientos sellados encima de la mesa por cumplir, en los que se incluyen «agentes del Deep State extranjeros» (lo que quiere decir que los dirigentes de la UE, Foro de Davos, Bilderberg, OTAN y ONU, por no hablar de presidentes de países que han conspirado contra Trump son objetivos militares legítimos desde su punto de vista).
La crónica en sí, obviamente, discurre en torno a la necesidad de construir una prisión militar en Guantánamo, si merece la pena, cuánto costaría y cuánto tiempo tardaría en construirse pero a uno le parece que en realidad lo importante es lanzar el mensaje del párrafo anterior: muchos dirigentes internacionales y personalidades van a ser detenidos, fundamentalmente, por haber participado en la conspiración del Covid.
En definitiva: que la cárcel tardaría un año en construirse y que se pagaría con el dinero incautado de las cuentas de los propios detenidos.