De acuerdo a lo que se vio en las pantallas, el presentador de la CNN Jim Acosta se despidió de sus espectadores el pasado 28 de enero (sin más explicaciones). Según la web de filtraciones militares RRN, ese mensaje fue creado por simulación de ordenador pues el día anterior había sido detenido por los militares, acusado de haber recibido sobornos para convencer a los norteamericanos de la necesidad de vacunarse contra el COVID y no hacer caso a los conspiranoicos.
Dado que, como corresponde a los enemigos de la nación, sus cuentas fueron incautadas por el alto mando militar, la hasta hace poco estrella de la CNN pidió a sus antiguos jefes que le consiguieran un abogado, petición que fue denegada porque consideran que está «jodido».
Cuando el pasado viernes apareció con su consejero, de oficio, un sargento del ejército, sus continuas discusiones evidenciaron una absoluta falta de coordinación, porque mientras el abogado le intentaba convencer de que se declarara culpable y pidiera clemencia, el periodista juraba que no había hecho nada malo.
Las pruebas aportadas por el fiscal militar fueron una serie de transacciones a su cuenta bancaria durante los años 2020 y 2021, incluyendo una de 2,1 millones el 21 de junio del 2021 desde el mismísimo Tesoro USA.
El Fiscal le acusó de haber recibido sobornos durante los años más duros de la pandemia con el objeto de que reforzara la versión oficial en la mente de los telespectadores, a lo que su abogado respondió que esos pagos podían ser unas meras bonificaciones por su trabajo, y no sobornos.
La réplica del Fiscal fue conectar por videoconferencia con una testigo: la productora de CNN Devin Dermitt, quien trabajó con Acosta durante los años 2019-2022, y le escuchó decir por teléfono que le «estaban pagando un pastón por difamar a Trump y animar a los norteamericanos a vacunarse». También le oyó decir que Biden le pagaba por decir cosas que hubiera dicho gratis, y se mofó de los remedios alternativos para el Covid, como la invermectina, y de la teoría de que el Covid salió de un laboratorio en Wuhan.
El Fiscal adjuntó que el salario de Acosta en CNN era de 2 millones al año, y durante la era Covid ganó 42 millones, por lo que las cifras no encajan. Y, para más inri, un test de sangre comprobó que no se había vacunado.
El Tribunal decidió imponerle la pena de muerte y será ahorcado el próximo día 21 de marzo.