No me negaréis que no es «causalidad» que hace exactamente una semana os hablara de la película de Fernando Trueba y ayer… ¡la ponen en La 2 de TVE! Increíble, ¿eh?
Os conté que la vi cuando estaba en la Facultad y que recordaba que iba sobre un guionista que estaba al borde de la locura pero, para seros sincero, entre que por ese tiempo estaba intentando olvidarme de un amor y que la película era rara de cojones, la verdad es que no la comprendí. Claro que como era una película «de autor» (y uno todavía no había aprendido a descodificar), el comentario generalizado al salir del preestreno es que era una película «culta». Vamos, que era buena. Os tengo que decir que es pretenciosa y mala a más no poder, pero interesante, desde el punto de vista actual.
25 años después, me puse a verla -con todo el conocimiento que he atesorado- y lo que me encontré fue:
-Un guionista interpretado por Jeff Goldblum (y que viene a ser la réplica -en guapo- de propio Trueba) conoce a un niñato inglés que pretende ser cineasta a través de un amigo millonario suyo y con el que quiere que escriba el guión de la película del chaval (que no parece en absoluto un director de cine). Mientras tanto, Goldblum, separado, tiene problemas con su ex mujer por la custodia del niño que tienen ambos.
-Resulta que el niñato inglés tiene una hermana jovencísima con la que parece tener una relación incestuosa que, cual Lolita, intenta seducir a Goldblum… y lo consigue tras hacerle una felación (la actriz que interpreta «el papel», Liza Walker, tenía, como máximo, 17 años cuando lo interpretó). Más tarde confiesa que también hace lo propio con el productor de la película y reconoce que se prostituye para que su hermano consiga progresar en el mundo del cine. Posteriormente, se nos cuenta que ambos hermanos proceden de un hospicio inglés [recordad lo que conocemos sobre este tema] y que conocieron a la otra productora, interpretada por Miranda Richardson, en una oscura trama, de sexo y droga, que no acaba de ser aclarada.
-El guionista se vuelve loco por la jovencita, que lleva una doble vida inaclarada pero que parece incluir la prostitución, y un día se la encuentra en la habitación de su hijo, justo después de que la asistenta se despida del trabajo «porque hay ciertas cosas que no puede ver». No se aclara lo que ha visto la niñera pero el niño está asustado y el guionista se desnuda y lleva a su hijo a la cama en una actitud que, visto lo visto, resulta sumamente sospechosa. (En una escena anterior, el niño de cinco años se corta con una cuchilla, señal de que está recibiendo abusos).
-Más tarde, la jovencita acaba apareciendo en la película que parece ser pornográfica, ¡como actriz!, desnuda, lo que encaja con todo lo que vengo contando desde hace años, y se ve involucrada en un chantaje contra el millonario productor, que confiesa haberla matado y haberla dejado en una cuneta. En la última escena, el guionista participa en un especie de happening necrofílico, donde está el cadáver de la jovencita.
Hay que decir que la película está basada en la novela del mismo título de un francés, pero desde luego que el argumento nos resulta tremendamente familiar. El porqué quiso Trueba rodar semejante es algo a tener en cuenta.
PD: Ayer mismo se me ocurrió un argumento sobre la declaración de Trueba de que no se sintió español ni cinco minuto en su vida… el día que le daban el premio a toda su carrera. Vendría a ser como si Cristiano Ronaldo dijera un día que no ha sentido los colores del Real Madrid -el equipo que le paga- ni cinco minutos… ¡mientras sigue jugando en este equipo! ¿Os imagináis la reacción de los aficionados del Santiago Bernabéu! Pues así de absurdo es este Fernando Trueba.