Hace ya casi un año, os anticipé el declive de Podemos, bajo el argumento de que a esa izquierda extremista que sólo sabe ir a la contra, lo peor que le podría pasar es llegar al poder. En ese momento es cuando se verían sus enormes contradicciones; la primera de ellas, que están juntos porque tienen un enemigo común pero que, en realidad, carecen de valores que les unan… porque no tienen valores firmes.
Tan sólo unos meses después, la realidad se ha impuesto al «buen rollito» y los besos (de la muerte) de Pablo Iglesias, y están acabando como en todas las demás asociaciones mafiosas: clavándose cuchillos -eso sí, a cara descubierta, lo cual es el único elogio que creo que se merecen.
Las fuentes directas que me informan en Podemos me cuentan que el partido está dividido de la siguiente manera: los activistas de las redes apoyan a Errejón y los de calle, a Iglesias. Los que han superado el postmodernismo y se han reciclado en Internet apoyan la superación de la estructura izquierda/derecha, mientras que los marxistas de toda la vida, están con esa infiltración de Izquierda Unida y los trotskystas que -ahora lo reconocemos por fin- fueron quienes manipularon el 15-M. Y lo sabemos porque ahora están haciendo exactamente lo mismo; el otro día, un aluvión de simpatizantes de Izquierda Unida se inscribieron en Podemos para decantar la balanza en favor de Iglesias y así derrotar al sector en pro de superar la división. El espectáculo que estamos contemplando en las últimas fechas en Unidos Podemos es el propio de las parejas que se encaminan al divorcio y que echa por tierra el propio nombre de la organización: ni Unidos ni Podemos.
Al margen del disgusto que muchos os llevaréis al conocer esta realidad, lo cierto es que están pagando el karma por haber distorsionado el mensaje del 15-M (conspiranoico) y haberse apropiado de él: los activistas de las redes que en su día apoyaron este supuesto proyecto regenerador se están volviendo contra la Bestia que ellos mismos han creado y van a sacarle los colores a estos manipuladores de la vieja guardia marxista que no tienen más ideas que decir… que los otros son peores.
¡Ojo! No estoy diciendo que Errejón haya estudiado en Internet la realidad de la Historia de la Conspiración ni que tenga agallas suficientes para exponer esas verdades en público pero lo que sí se puede afirmar es que su actitud no es -ni de lejos- la de este hijo de un terrorista que ha resultado ser Pablo Iglesias y cuyo objetivo es destruir la convivencia.
Ayer me llegó por el Facebook un comentario de un militante de la extrema izquierda que se ha pasado en los últimos meses a la extrema derecha; básicamente, la gente está harta del feminismo, el movimiento gay y de las campañas en contra de la iglesia, que son los únicos argumentos (negativos, nunca propuestas) de esta izquierda freudiana. A ver si lo recupero porque es sumamente aleccionador de lo que está pasando en las calles: básicamente, estos profesores de Universidad (burgueses) que dicen representar al pueblo, en realidad, no sabe lo que el pueblo quiere.