El viernes pasado fui a mi banco para hacer unas gestiones y, durante la charla con la encargada, me quejé de que hayan pasado a cobrar dinero ¡por tener dinero en su banco!
La respuesta de la señorita me dejó atónito: «es que a nosotros el Banco Central Europeo nos cobra por depositar nuestro dinero allí y por eso, porque no nos da intereses, nosotros se los tenemos que cobrar a los clientes».
Mientras conversaba con ella, mi mente retrocedía una semana, cuando os conté la revelación de que la independencia de los países africanos de habla francófona fue a cambio de que adoptaran el franco CFA, asociado al franco francés y ¡guardaran el 85% de sus divisas en el Banco Central Francés!, lo que, en la práctica, implica que no pueden disponer de su propio dinero, de su propia riqueza. Su riqueza está en manos de -quien esté al mando de- el Banco Central Francés.
Aquel mismo día, hice el razonamiento que me activó la encargada de mi banco: seguro que, en realidad, la adopción del euro por parte de cada país que se adhirió a la Unión fue a cambio de que las divisas de cada país se guardaran en el Banco Central Europeo. La noticia de que los bancos privados europeos depositan su dinero en el Banco Central Europeo nos lleva al absurdo de que Alemania guarde su oro en Londres y Nueva York (como nos enteramos hace pocos años), al igual que muchos otros países; ¿qué sentido tiene?
Parece evidente que estamos en la misma situación descrita en el vídeo El dinero es deuda: el banquero central (sionista) guarda toda la riqueza en sus depósitos, con lo que, de hecho, marca la política de todos los países. Política de género y movimiento gay, básicamente.
Pero he aquí que el razonamiento todavía más lejos hoy mismo 20 de febrero del 2017 cuando leo en El Confidencial una noticia sobre los últimos planes independentistas catalanes en los que aparece, claro, el tema del dinero, y se dice lo siguiente: “Hay muchos inversores internacionales que tienen mucho dinero preparado y están dispuestos a hacernos de banco central incluso en el periodo de transición”.
En otras palabras, que «un poder oculto» va a hacer las veces de «Banco Central catalán» o, dicho de otra forma, que una Cataluña independiente se convertiría en una mera franquicia de ese poder OCULTO, repito, porque es vital entenderlo; nadie sabe quién es ese poder oculto que va a poner el dinero para la independencia catalana y todo aquel catalán de buen corazón debería exigir YA que saliera a la luz porque el que pone el dinero es el que dirige la política.
Señoras y señores, no digan Cataluña independiente sino REPÚBLICA SIONISTA DE CATALUÑA.
Igual que el diario El País y el Grupo PRISA han sido absorbidos por el Fondo de inversión Blackrock, Cataluña pretende ser absorbida por otro fondo de inversión… sionista.
