El pasado martes 6 de febrero, el juez Napolitano afirmaba en la Fox TV que «Trump es el primer presidente de la era moderna que se enfrenta al Estado Profundo» (Gobierno Secreto), valorando muy positivamente el que haya hecho público que el gabinete Obama le espiara durante la campaña electoral. «Es lo último que sus enemigos en los servicios de inteligencia desean, porque si la gente supiera que todo lo que escriben y dicen está siendo grabado, rechazarían el poder de este gobierno secreto, y que el Congreso les dio: no lo crearon por su cuenta».
Seguidamente, reveló la existencia de un «tribunal sobre espionaje exterior» (FISA) que es el encargado de autorizar los requerimientos del gobierno para espiar a un ciudadano extranjero, ya sea que viva fuera o dentro de los propios Estados Unidos, pero que también se ha extendido a los norteamericanos. Pocos días después de la proclamación de Trump, el jefe de los demócratas, Chuck Schummer (investigado por pederastia), amenazaba al presidente con que «la CIA le iba a destituir».
El día después de las declaraciones de Napolitano (ayer miércoles 7 de febrero), Wikileaks ha liberado las armas cibernéticas usadas por la CIA para espiar a todos los seres humanos, demostrando que la existencia del «Gran Hermano» ha dejado de ser una conspiranoia para convertirse en la verdad asumida por todos; estamos siendo grabados permanentemente, y el señor Bill Gates, entre otros, tendrá que responder ante estas evidencias. También muy importante es conocer que los virus informáticos los crea el gobierno en la sombra, como algunos venimos afirmando desde hace años.
La información que brinda RT deja muchos aspectos interesantes, pero me detengo en uno.
Wikileaks ha denominado a esta serie «Vault 7», que en español se puede traducir como «cripta», «bodega» o «sótano». Este misterioso nombre me conecta con la Torre 7 del World Trade Center de Nueva York que, como muchos sabéis, es la prueba incontestable de que los ataques del 11-S fueron realizados desde «dentro del propio gobierno»: creo que no es muy arriesgado realizar una analogía con esta filtración porque está sugiriendo que es el gobierno secreto el que genera el mal. Por otro lado -y esto es más desconocido- en las bodegas del Edificio 7 es donde se encontraba el oro que iba a apoyar la vuelta al patrón-oro del dólar aquel mismo día. Luego, tanto por el tipo de filtración como por el nombre, dentro del propio sistema nos están dando pistas del objetivo último de ésta.
Con todos estos datos, parece claro que ha sido el propio Donald Trump quien ha autorizado la filtración.
