Me lo habréis oído decir en repetidas ocasiones: el problema actual es que las personas que quieren un cambio en el mundo son incapaces de relacionar los hechos procedentes de diferentes saberes o campos.
Hace unos días, se monta una manifestación planetaria sobre el poder financiero que manda sobre los gobiernos pidiendo… la Tasa Tobin (que ya pide hasta el Vaticano).
Dentro de unos días, cuando comience la invasión de Siria, se montará otra manifestación para denunciar «el imperialismo USA» y pidiendo… la paz.
Otro día, cuando estalle el último ataque sionista para conquistar Jerusalén, saldrán a la calle los sempiternos defensores de la causa palestina pidiendo… un estado palestino.
En cada uno de estos casos (y todas las causas justas que se os ocurran) aparecerán como promotoras una serie de organizaciones especializadas en esos respectivos asuntos: pacifistas, antiglobalización, pro palestinas… Ellas son las encargadas de censurar el propio contenido de la protesta: los canalizadores del discurso disidente.
Por su propia idiosincrasia especializada, ninguna de estas organizaciones es capaz de relacionar que ambos, el poder financiero y el que crea las guerras es el mismo. ¿Por qué? Os habréis preguntado muchos, hartos de estrellaros contra el muro de la incomprensión de esos activistas incapaces de relacionar una cosa con otra.
Sencillamente, los que mandan se dieron cuenta de que la mejor forma de tener controlada a la disidencia (después de la sobredosis de drogas de los setenta) era especializarlos. Por eso crearon los planes de estudios actuales, por eso existen las universidades con tales especialidades cada vez más micro y por eso, obviamente, SUBVENCIONAN A LAS ONGs y asociaciones que les deberían combatir.
Mientras la organización Paz Ahora que dice luchar por el pueblo palestino tenga como director a Julio Rodríguez, que se niega a exponer las cifras de la Cruz Roja sobre el holocausto (el origen del estado de Israel), las fuerzas que luchan por masacrar a los árabes estarán bien protegidas. Julio Rodríguez se encarga de cuidar «la llave» que podría solucionar el problema. (De ahí que a este tipo de activistas se les denomine en Estados Unidos «gatekeepers», es decir, guardianes de la puerta… de la Verdad).
Mientras los ecologistas sigan sin descubrir a Nicola Tesla y alimentándose de la información generada por aquellos que están acabando con la Naturaleza, la destrucción programada no tendrá oposición. Si estos ecologistas ni siquiera saben cómo se crea el dinero, pues mejor que mejor.
No hay mayor idiota que un Licenciado que sabe mucho de una sola cosa. Los grupos subversivos están repletos de sociólogos que no tienen ni puñetera idea de biología, educadores que no saben nada de genética, ingenieros que no han oído hablar de las patentes censuradas por interés de la «defensa nacional», economistas que desconocen el poder de las profecías para los grupos sionistas que gobiernan la economía, defensores de los derechos humanos que ni siquiera imaginan lo que es la infiltración Cointelpro ni Operación Gladio.
Y, todos ellos, economistas, biólogos, educadores, ingenieros, defensores de los derechos humanos, gente, en fin, con buenas intenciones, desconocen que hay UNA AGENDA. Que las noticias que leen un día sí, y otro también, acerca del recorte de libertades y las guerras han sido planificadas décadas atrás.
Los pobres bobos, que siguen pensando que los responsables «son los mercados», LES PIDEN A LOS CREADORES DE ESAS GUERRAS Y CRISIS ¡QUE LAS SOLUCIONEN!
Por supuesto, esto tampoco es por casualidad. En el plan Iluminati diseñado por los Protocolos de los Sabios de Sión ya pergeñaron que deberían impedir que las personas que saben pudieran conectarse con la masa y ellos mismos colocarían a sus marionetas a dirigir los movimientos que pudieran derrocarles.
Por eso los sionistas (el propio Estado español) financia a la ONG de Julio Rodríguez y tantas otras.
Por eso la especialización. Por eso el Movimiento 15-M se organiza en comisiones especializadas: para no llegar nunca a la Verdad; porque la Verdad son piezas de un puzle que se entrelazan, nunca vas a poder completar el puzle si las divides en grupos. Por eso entre las filas de la Ciencia de la Conspiración hay tantos informático y artistas: porque estos colectivos tan diferentes trabajan con mentes abiertas a fusionar lenguajes y sistemas creativos. Por eso los despiertos nos estrellamos con las mentes compartimentalizadas una y otra vez: ¡son las mentes creadas por los Iluminati! ¡Las mismas secciones que en un periódico! En una «carpeta» tienen la economía, en otra la biología, en otra la religión, en otra la educación, en otra los medios de comunicación…. ¡Son incapaces de relacionar unas con otras! ¡No saben! ¡Su sistema operativo se lo impide! ¿Para qué os creéis que existen los exámenes? ¡Para que el sufrimiento que te ha costado aprobar una asignatura funcione como un candado para no volver a abrir esa «carpeta» del saber y no te cuestiones si es Verdad o no!
Por eso la disidencia controlana no puede entender algo tan simple como el Nuevo Orden Mundial y, mucho menos, relacionarlo con el valor espiritual de la toma de Jerusalén. Simplemente, sus mentes no han desarrollado esa capacidad. Creen que desde aquello que estudiaron (economía, biología, ecología, educación) pueden entender todos los problemas y no que su área esté relacionada con otra.
Ahora que, tendrán que acabar llegando. O eso, o nos vamos todos al garete.
El Doctor en la Ciencia de la Conspiración, José Luis, de Mundo Desconocido, abordó la cuestión de la disidencia controlada desde otro ángulo concomitante.