Las «casualidades» de la vida han hecho que el diario español El Mundo publique una entrevista con el jefe de la congregación jesuita, el venezolano Arturo Sosa, justo cuando un servidor está enfrascado en una polémica sobre la existencia de la conspiración jesuítica con el canario Jorge Guerra.
Tanto es así que el periodista (que para más inri, se llama Jorge) comienza su artículo, precisamente, con la conspiración jesuítica. Las respuestas de Sosa son interesantes, sobre todo cuando habla del posicionamiento político de la Compañía de Jesús («los de izquierdas dicen que somos de derechas, y los de derechas, de izquierdas» y por ejemplo, su papel dentro de los acontecimientos que se viven actualmente en Venezuela, su propio país).
Pero la auténtica «bomba» viene al final cuando Jorge Benítez -acertadamente- reseña la respuesta del «Papa Negro» sobre la existencia del Demonio.
Porque su respuesta, que pego más abajo, es que no existe ese Mal sino que es el entorno el que genera el mal, luego cree que nacemos buenos. Desde el punto de vista teológico, creo que esta declaración levantará ampollas dentro de la propia Iglesia, pues está negando la existencia de Lucifer.
Desde mi punto de vista, el mal forma parte del misterio de la libertad. Si el ser humano es libre, puede elegir entre el bien y el mal. Los cristianos creemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto Dios es libre, pero Dios siempre elige hacer el bien porque es todo bondad. Hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Los condicionamientos sociales también representan esa figura, ya que hay gente que actúa así porque está en un entorno donde es muy difícil hacer lo contrario.
