1-Peajes, peajes y más peajes.
En Argentina y Chile no sólo se paga por conducir por una autopista sino también por carreteras de un sólo carril. Lo mismo que en la India. Cualquiera que no se quiera autoengañar deberá reconocer que ésta es la viva prueba de que no hemos salido del Estado Feudal.
Un día nos enteraremos de las familias que poseen las acciones de esos negocios seguros que son las concesionarias de las autopistas. Por seguro que son aristócratas.
2-Cruzadas por la violencia de género y creciente movimiento gay.
Os lo dije desde hace años. El programa de homosexualización planetaria no puede triunfar si no va acompañada de la criminalización de la virilidad y de la creencia en que las relaciones hombre/mujer son de dominación y violencia. Para eso sirven las campañas de «género» basadas, no lo olvidemos, en el torturador de niños, John Money.
3-ADIF, compañía privada encargada de los ferrocarriles españoles y argentinos, se llaman exactamente igual.
Una prueba más de que no hay una conquista colonial sino un Poder Global Iluminati (mal que le pese a Matías De Stéfano: ¿le gustará a él pagar más caro el tren o también «son perfectas» las subidas de precio?).
4-911, servicio de emergencias. Igualito que en Estados Unidos.
5-Las monedas de 1 y 2, tanto en Chile, como en Argentina, Colombia, Europa, Inglaterra o India tienen el mismo diseño: círculo dorado envolviendo a círculo plateado o círculo plateado envolviendo a círculo dorado.
6-Pantallas y más pantallas: en el subte (metro), en las terminales de autobuses, en el ferry a Uruguay… ¡Hasta en el centro de Capilla del Monte, con un audio altísimo!
Sin duda alguna, el mundo que la película Blade Runner nos mostró era el que nos iban a colocar, si antes no lo impedimos. ¡No quieren dejarnos un momento para que despertemos y por eso nos colocan su mierda de noticias por todos lados!
