Fue hace unos días, cuando charlaba con Jose, un amigo de Adela que ha vivido tres años en China, trabajando como músico.
Comentándonos anécdotas cotidianas de aquel enigmático país que dejaban ver la falta de individualidad y la robotización de su sociedad, le pregunté cómo era el asunto del ligar allí que, como sabéis, me interesa mucho por todo lo que conlleva.
Bueno, pues me dijo que el pianista de su banda se ligó a una millonaria (cada año se hacen 28.000 millonarios en China, si mal no recuerdo) y me contó la sorpresa que para la chica fue el sentimiento del enamoramiento y, más allá, cuando descubrió la sensación del orgasmo.
Creo que no tengo que explicar mucho más: en China desconocen prácticamente los sentimientos del amor y del placer.