Nuevo batacazo para la prensa occidental. Tras presentarnos a Donald Trump como el demonio mismo, resulta que es el primer presidente norteamericano (desde Kennedy) que está rebajando la presencia militar estadounidense y su injerencia en los asuntos internos de otros países.
Ahora mismo, negocia la (progresiva) salida de Afganistán y confío en que ayude a Rusia a acabar con el terrorismo en Libia.