Sin duda, el triunfo del movimiento gay ha ido aparejado al dogma de fe de que hombres y mujeres somos iguales en todo, lo que equivale a normalizar la androginia y a contarle a la gente que «el ideal evolutivo es ser individuos neutros sexualmente o andróginos».
Cualquiera que no se haya dejado devorar por este fortísimo condicionamiento, se dará cuenta de que esto es, NATURALMENTE, mentira, es decir, que hombres y mujeres somos diferentes de nacimiento.
Pero ahora, en este desvelamiento de la Verdad que estamos viviendo, llega un estudio psicológico a aportar datos sobre las diferencias emocionales entre hombre y mujer. Pinchad en este artículo del diario El Mundo.