Compungido (y obsesionado) por la situación a la que un grupo determinado de personas está conduciendo a Cataluña, anoche me puse a ver el último programa de Max Keiser, en el que vuelve a entrevista al ex (?) asesor financiero de la CIA, Jim Rickards, en la que primero cómo y por qué Trump se había hecho con el control de la Reserva Federal Americana y seguidamente repasaba el efecto de las políticas que la Fed puede realizar para revalorizar o devaluar el dólar. Muy técnico y demasiado denso para cómo tenía la mente ayer.
El caso es que continué viendo el vídeo y, ya en el final, de repente Jim cambió su discurso radicalmente y lanzó una perla, fuera de contexto. Minuto 24.
«La junta de gobernadores de la Reserva Federal entra, se reúne y en 15 minutos dice: ‘señores, a partir de hoy el precio del oro es de 5.000 dólares la onza, además utilizaremos el oro de Fort Knox en colaboración con el Tesoro, llegaremos al mercado y crearemos un mercado bidireccional de oro. Si consideran que el precio es bajo, vengan y lléveselo, si considera que el precio es caro, nosotros se lo compraremos a usted. Si el precio es 50-50 seremos vendedores, y si el precio es de 49’95, seremos compradores. Es decir, comportarse igual que cualquier creador de mercado de la historia, si la Reserva Federal hace uso de la emisión de la moneda y el precio del oro, y se planta en el mercado con un precio de la onza de 5.000 dólares, se consume una devaluación del dólar del 80% en tan sólo 15 minutos«.
Y, tras soltar estas perlas, Max Keiser corta la entrevista y dice. «Disculpe, tenemos que dejarlo aquí».
Tremendamente extraño. Que de pronto suelte un mazazo como ése AL FINAL DE LA ENTREVISTA, y Keiser no le pregunte, ni nada.
Como profesional del periodismo, os digo que esto no ha sido casual sino que pactado; que Keiser y Rickards habían pactado claramente el desarrollo de la entrevista y que han dejado caer cómo se va a producir la vuelta al patrón-oro de manera «subliminal»; es decir, para el que quiera «pillarlo».
No hay que olvidar que Rickards era asesor de Kisinger en 1973, cuando se destituyó el patrón-oro y se instauró el petrodólar y sus conexiones con las altas esferas, particularmente con Donald Trump, son totalmente posible.
Lo dicho: minuto 24 (el resto también es interesante, ojo, y convendría que vierais los 13 minutos de la entrevista para que captarais el súbito cambio de «marcha» que os he comentado.