Dos singulares y trascendentales hechos se produjeron ayer martes 12 de diciembre y uno, menos importante pero más espectacular, nos despierta hoy, con la posibilidad de que oscurezca al anterior. Haced vuestras cuentas sobre cómo lo uno puede estar ocultando los otros.
Ayer conocimos que un tercer juez (o fiscal) que actuó contra el secesionismo catalán, en este caso el juez que actuó en Cataluña, ha contraído una súbita -y grave- enfermedad. Los dos primeros murieron súbitamente y este tercero no sabemos qué pasará con él. La pregunta conspirológica queda en el aire: ¿se está vengando la masonería envenenando a estos funcionarios por su fidelidad a la patria en lugar de a su logia?
El segundo hecho también se confirma ayer por la tarde y es tan o más escandaloso que el anterior. Un okupa, condenado previamente por dejar tetrapléjico a un policía barcelonés, que originó una campaña de solidaridad entre la izquierda freudiana (incluidos Ada Colau y Pablo Iglesias) ha asesinado a un hombre por llevar unos tirantes con la bandera española. En medio de las elecciones catalanas, y conociendo que el okupa es un inmigrante chileno que se mueve entre esa izquierda, este hecho podría tener repercusiones en las votaciones tanto de las CUP como de la marca catalana de Podemos. Por eso, la súbita aparición de una noticia tan «golosa» como el positivo por dopaje en la Vuelta a España del mejor ciclista del mundo, Chris Froome, tiene capacidad para eclipsar las dos vitales noticias.
Lo digo porque el contraanálisis puede haber sido realizado en el último trimestre pero ha aparecido JUSTO AHORA.