¡Quién lo iba a decir, ¡verdad?, que precisamente cuando por primera vez en la historia un chirigotero (como El Kichi) alcanza el bastón de mando de la histórica ciudad española el Carnaval gaditano haya iniciado un declive que hasta el histórico Diario de Cádiz (decano de la prensa ibérica) reflejaba ayer en portada!
Ayer, antes de tomar el tren de regreso a Madrid (tras una estupenda charla en San Fernando, con algunas anécdotas muy interesantes) me di una vuelta por este fin de semana «extra» de Carnaval y me llevé una decepción tremenda: el corrosivo carnaval gaditano se ha convertido en una sucesión de pusilánimes, noños, pelotas y estomagantes cursis que producen vergüenza ajena. ¡Y todo ello, justamente, cuando un chirigotero de la izquierda radical ha accedido al puesto de alcalde! ¿Qué ha ocurrido?
Pues muy sencillo, en el fondo: cuando la supuesta disidencia accede al poder, se puede dar por muerto porque ha sido absorbido por el sistema y esto, evidentemente, es la antítesis del espíritu del carnaval, que es, por definición, políticamente incorrecto.
Las comparsas que vi ayer tenían unas letras tan estomagantes y previsibles que alcanzaron el paroxismo cuando me encuentro a una, vestidos de conquistadores, pidiendo perdón por la conquista de América ¡y eran de la tierra de los conquistadores, Mérida! Patético.
Pero es que en este carnaval se han sucedido demandas, peleas por las redes sociales y censuras que, por lo visto, llega al punto que la alcaldía selecciona las comparsas en función de los temas que tratan. O sea, censura a través de la subvención. Lo cual no me negaréis que no es una paradoja: es un hijo del carnaval, como El Kichi, el que lo ha matado. (Por no hablar de lo que está pasando en Tenerife, conde el carnaBaal se ha quitado la careta y se ha mostrado abiertamente satánico).
En fin: lo estamos viendo con el feminismo y el movimiento gay. Movimientos supuestamente antisistema apoyados y promocionados por el propio sistema que dicen combatir; los «históricos» de esos movimientos se tiran de los pelos al comprobar cómo toda su vida ha sido la historia de una manipulación.
Os recomiendo encarecidamente que leáis el artículo de El diario de Cádiz. El año que viene a lo mejor hay una sorpresa en ese carnaval, con una chirigota políticamente incorrecta…
PD: Disculpas por el movimiento del teléfono. Me hace falta un «palo de selfie»…