Esta mañana he recibido un escueto mensaje de una cuenta de correo con mucha probabilidad colombiana (Montoya y Vélez son apellidos comunes allí), lo que prueba que Popeye ha visto mi vídeomensaje.
Desde aquí reitero mi ofrecimiento a Jhon Jairo Velásquez a hacer una entrevista, pero esta vez hablando de sus sentimientos; del niño que se esconde tras el sicario de Pablo Escobar.