Justo ayer estuvimos debatiendo el concepto oficial (y colectivista) de víctima, cuando hoy me desayuno con este demencial artículo de El Confidencial, de un tal González Férriz, sobre quién tiene derecho a considerarse víctima y quién no en nuestra sociedad. Anotad para vuestras propias discusiones internáuticas:
Vamos a ver, señor Ramón González Férriz: para empezar TODOS somos víctimas de un sistema de gobierno demencial, que trata de enfrentarnos los unos a los otros, con la ayuda de sicarios como usted. Confiar en que un sistema basado en la Mentira y la Propaganda de Paranoias vaya a realizar acciones justas es ya, de por sí, pasaporte a la esquizofrenia.
Los seres humanos somos culpables de nuestras acciones INDIVIDUALES, catalogar a un ser humano de PRESUNTO CULPABLE por sus características naturales es PREJUZGAR, y eso es INJUSTO. Quien prejuzga a alguien sin conocer sus actos SÍ ES CULPABLE; es decir, hace el mal. Así pues, puede usted asimilar en qué bando está.
Simétricamente, y de la misma manera, nadie es víctima porque se asimile a un determinado colectivo, sino, más bien, un recolector de subvenciones, es decir, un sicario del Estado, el enemigo de la humanidad actual, que enfrenta a los seres humanos al encerrarlos en estas categorías que otorgan degradantes «medallas» en la escala del victimismo, que este señor defiende.
El Ser Humano es responsable de sus actos, pero no de los de los humanos que tienen alguna característica similar a él. Cuando el ser humano se hizo ateo y renunció a su responsabilidad, abjuró de la culpa, y al abjurar de la culpa, delegó su responsabilidad individual en la colectiva, siendo así que los ingenieros sociales le encerraron en estas jaulas del Planeta de los Simios que llamamos «colectivos», donde ha desarrollado patológicas conductas victimistas, consiguiendo que los monos al gobierno le entreguen las limosnas de las subvenciones y las palmaditas de «eres una víctima» como el patético señor González Férriz. Cuando el ser humano renuncia a la noción de «culpa» está preparado para asimilar culpabilidades de hechos de los cuales es inocente: por eso esta demencial ideología atacó casi exclusivamente a las personas ateas. Simetría otra vez.
Revise la Historia de la Humanidad sin renunciar a las categorías del Bien y del Mal y la patología que con tanto orgullo exhibe le sacará de este degradante error.
