Según Conrad Murray, al que se acusó de la muerte del cantante, el padre del mismo le inyectaba hormonas para retrasar su crecimiento y así conseguir que no le cambiara la voz. Michael Jackson fue lo que en el Renacimiento se llamaba un «castrati».
Hombre y Mujer, Opinión y Noticias Externas — 10 julio, 2018 at 6:36 am