Mi último vídeo sobre el fracaso escolar, ha abierto una auténtica «Caja de Pandora». Los llamados milenials y los conocedores del estado actual de la educación (tomada por el movimiento feminista) están contando lo que en realidad está sucediendo. Después del vídeo, va la primera «bomba», por Eduardo Benítez.
El hecho de que el fracaso escolar sea mayoritariamente masculino tiene una relación directa con el feminismo y la ideología de género, primero por el desprecio y la presión ejercida sobre los alumnos varones y segundo por la feminización del profesorado. De lo primero creo que muchas familias y sobre todos muchos varones podrán dar constancia del desprecio y la humillación a que son sometidos los niños desde la escuela por el hecho de ser varones. Lo segundo ha sido un proceso ascendente que se intenta justificar diciendo que no tiene nada que ver la capacidad de enseñar con el sexo del profesor. Lo cual es mentira. A ello hay que sumar el papel que a partir de secundaria tiene el profesorado como ejemplo a seguir para los chavales.
En una escuela secundaria y universidad feminizadas los alumnos varones no encuentran profesores varones en los que sentirse reflejados y con los que puedan relacionarse en la idiosincracia de su sexo. Ello ha retroalimentado aun más la feminización del profesorado puesto que ha alejado a los varones del objetivo de dedicarse al magisterio, profesión que ven directamente vinculada a la mujer cuando nunca fue asi en términos absolutos, salvo en primaria, donde los infantes aún no ven ni buscan referentes en el profesorado, y donde las mujeres se muestran profesionalmente mucho más capaces que los varones. Esto último es utilizado por el feminismo para seguir insistiendo en la paranoica idea del patriarcado que mantiene a las profesoras en la primaria e impide acceder a los varones a dicha profesión, lo cual es un despropósito sin sentido y absurdo, por más que efectivamente hay algunos profesores que desean acceder a la primaria. Pero todo esto va mucho más allá. Las mujeres muestran en el ejercicio de la enseñanza menos neutralidad que los varones a la hora de impartir las clases y relacionarse con el alumnado. Hablando en plata, pareciera que las profesoras pretenden que toda la clase se comporte como niñas y esperan muy a su pesar y aun sabiendo que es imposible, que los varones se acomoden al ritmo femenino.
En Europa cada vez asistimos a más denuncias de profesoras sobre sus alumnos varones ante el psicólogo del centro o incluso los servicios sociales argumentando o que sufre déficit de atención, o síndrome de hiperactividad o simplemente que es muy violento o impide un transcurso normal de la clase (entiéndase como normal, femenino). Y no se engañen lo que el profesorado llama déficit de atención, síndrome de hiperactividad, violencia o molestias no es más que lo que ellos (o debería decir ellas por mayoría) entienden por masculinidad. Los profesores varones muestran en general una mayor neutralidad a la hora de dar clases, no pretendiendo que el conjunto se adapte al ritmo femenino ni al masculino y muestran ser más conscientes de la diferencia sexual entre el alumnado a la hora del funcionamiento en clase. Esto que es de perogrullo ofenderá a más de uno y sobre todo a más de una pero sinceramente es tan de sentido común que negarlo es ir contra la propia naturaleza, como hace la precisamente la ideología de género. No entiendo que esta menor capacidad de las profesoras para ser neutrales sea algo atribuible en términos absolutos a su naturaleza sino que más bien es el feminismo y la ideología de género lo que las desvía de una percepción de esta profesión mas neutral y consciente de la diferencia sexual del alumnado. Adjunto un articulo que no tiene desperdicio al respecto:
https://autismodiario.org/2011/03/07/el-fracaso-escolar-y-la-feminizacion-de-la-educacion/