Cuando escribo esta publicación, la afirmación del antiguo ministro de economía griego de que el magnate judío George Soros presionó a su primer ministro Tsipras para que le destituyera está en la portada de Meneame, un agregador de noticias que todos los izquierdistas bien informados visitan.
De manera que podemos decir que la influencia del sionismo sobre la izquierda antisionista se ha convertido ya en conocimiento oficial. Y ello ocurre a escasos seis meses de las elecciones europeas, en las que las izquierdas de toda Europa van a tener que enfrentarse al conocimiento de sus electores de que son unos traidores: que se han acostado con el enemigo. Si a ello le sumamos que también se ha convertido en «noticia mainstream» que Soros ha pagado la caravana de migrantes centroamericanos que pretenden «tomar» Estados Unidos, el discurso dominante de la izquierda ha quedado casi completamente desmontado.
La cosa se pone interesante.