No puede ser, ya no se respetan ni las rastas. El diputado canario de las rastas, Alberto Rodríguez, pensaba que el llevar un símbolo libertario como ése le libraría de ser ridiculizado a cuenta de la estupidez de un partido que desprecia a su propio sexo, pero no coló.
No os perdáis los comentarios, el rastafari de pacotilla ya no sabe dónde meterse.
Mi apuesta: en menos de un mes se corta las rastas.