Llega el momento del «sálvese quién pueda» y los conspiradores comienzan a echarse mutuamente la culpa por la conspiración para evitar que Trump llegara a la Casa Blanca y sacarle de ella.
De momento, los ex jefes del FBI y la CIA, Comey y Brennan, se echan mutuamente la culpa por haber dado credibilidad al engendro de los servicios secretos ingleses.
Por su parte, James Baker, ex jefe de los abogados del FBI, echa la culpa a Comey de haber chantajeado a Trump.
Apuntad esto en vuestra memoria porque dentro de un tiempo los que han participado en el pucherazo del 28-A harán exactamente lo mismo: se echarán la culpa entre ellos.
