Justo ayer estaba viendo la última entrevista de Alish, esta vez sobre el lenguaje, a la filóloga Carme Jiménez Huertas, en la que, entre otras muchas cosas, afirma que las palabras tienen un sentido («wind-ow», en inglés viene de «viento», lo mismo que nuestra «ventana») y hoy me encuentro con esta noticia, que pondera la existencia de una manera común de crear los toponímicos y que explicaría por qué se repiten en Europa los nombres de poblaciones. Muy interesante la primera mitad de esta entrevista en El Confidencial, aunque su defensa de la Unión Europea es prescindible.
