Poco a poco, los crímenes de la era soviética están saliendo a la luz, para escarnio, entre otras, de las feministas, que han de contemplar cómo sus creadores marxistas violaron y utilizaron como esclavas sexuales a las mujeres. Un buen ejemplo es el archiasesino Beria, jefe del KGB durante la era de Stalin, al que retrata Ismael Marinero en El Mundo.