El investigador judío Henry Makow se hace eco en un estupendo artículo de otro recientemente publicado por Andrew Joyce «La necesidad del antisemitismo«, en el que describe cómo funciona el poder judío que domina las finanzas y grandes empresas de todo el mundo. Entre otras cosas, señala que el financiero judío Paul Singer posee grandes cantidades de la deuda argentina, peruana, panameña y congoleña, entre otras, y que de esa manera condiciona sus políticas. Junto con el magnate de los casinos Adelson y Bernard Marcus, financiaron la campaña de Trump y, al parecer, de esa manera condicionan sus políticas.
Las empresas controladas por el lobby judío son, entre otras, las siguientes: Calvin Klein, Levi Strauss, Ralph Lauren, Michael Kors, Kenneth Cole, Max Factor, Estée Lauder, Starbucks, Macy’s, the Gap, American Apparel, Costco, Staples, Home Depot, Ben & Jerry’s, Timberland, Snapple, Häagen-Dazs, Dunkin’ Donuts, Monster Beverages, Mattel y Toys «R» Us.
En este otro artículo se corrobora lo que dije en un reciente vídeo: que toda la modernidad, comenzando por la revolución francesa, ha estado dirigida por la judería internacional para acabar con su gran enemigo: el cristianismo. Entre otras cosas, se dice que fue un judío en el gobierno norteamericano el que diseñó la Guerra de Vietnam como una guerra para que Estados Unidos perdiera y así el poder comunista se extendiera.