Hoy día ha quedado en el olvido, pero en los años de la Revolución Francesa no se ocultaba que, de la proclamación de «la igualdad entre todos los seres humanos» se entendía que los judíos debían tener los mismos derechos que el resto de los cristianos, cuando la realidad es que sus objetivos no coincidían con los del resto de la población (endeudarlos, básicamente).
En medio de numerosas citas que no dejan lugar a dudas, este artículo deja una perla al final, pues nos enteramos de que uno de los líderes de la revolución era primo del «Mesías judío» y fundador de la secta judía sabatiana (satánica), Jakob Frankl, con lo que el círculo se cierra por completo.
PD: ¿Serán los «jacobinos» una extensión de este «Jacob»?